Imagina po un momento:
¿Cómo sería una comunidad de vecinos que saben escuchar, dialogar y que son capaces de llegar a acuerdos?
¿Cómo se configuraría un gobierno que fomente el intercambio de ideas y la generación de innovaciones a través del diálogo y la escucha?
¿Por qué la filosofía para niños está relacionada con la construcción de comunidades?
Mathew Lipman
“Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños para que piensen por sí mismos”. Matthew Lipman
De GrupIREF – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=20417021
Matthew Lipman fue un filósofo, lógico e investigador estadounidense nacido en 1923. Fue pionero y el principal exponente en el desarrollo de la filosofía adaptada para niños. Su objetivo era fomentar la capacidad de pensar de forma independiente.
Después de experimentar una preocupante sesión escolar con alumnos universitarios, en donde el pensamiento crítico y argumentado estaba ausente; e inspirándose en el trabajo de John Dewey, Lipman ideó una teoría y práctica totalmente innovadoras: promover el pensamiento racional y la creatividad a través de discusiones filosóficas desde edades tempranas. De esta manera, los adultos serían capaces de pensar de manera autónoma, independiente y lograrían crear un criterio propio a través del diálogo en comunidad.
Apoyó su metodología en la lectura de novelas filosóficas. Su primera novela filosófica, “El descubrimiento de Harry”, fue diseñada para niños de 10 años e ilustra las etapas y cuestionamientos que atraviesan los niños para alcanzar la lógica formal.
“Lisa”, “Pixie”, “Elfie” son algunos de los títulos que proponen cuestionamiento y reflexiones sobre temas cotidianos de la vida. Situar los problemas y retos filosóficos en el terreno de la cotidianidad de los niños y niñas permite que estos puedan ser observados, dialogados y abordados desde diferentes perspectivas.
Pensamiento creativo y pensamiento crítico
“El programa de Filosofía para niños no implica necesariamente tener conocimientos profundos de filosofía, sino más bien una determinada manera de proceder y un perfil de pensador filosóficamente activo.“ Jordi Nomen
El pensamiento crítico según Lipman, es un pensamiento hábil y responsable que facilita el buen juicio. Es una virtud intelectual y de carácter; intelectual porque incluye habilidades para formular argumentos y emplear correctamente el lenguaje y de carácter porque implica la generación de actitudes estables como la empatía, la honestidad y la humildad. Tiene rasgos distintivos como la fundamentación en criterios (entendidos para hacer juicios y decidir qué es verdadero o falso) y la autocorrección (entendida como la ratificación del error como punto de partida del descubrimiento que continuamente avanza poniendo en duda lo que ella misma descubre).
El programa también estable también una oportunidad para la creatividad ya que la confrontación de ideas obliga a buscar ejemplos, analogías que hagan más comprensible el argumento que se quire sostener. Nos obliga a salir de la zona de confort para poder explorar y poner en duda lo que ronda por la cabeza. El pensamiento creativo es ingenioso y flexible, permite cuestionar la realidad y buscar alternativas, es intuitivo, abierto y libre, reordena y reconecta y permite habituar a la mente a transitar otras rutas, otros reccorridos y servir como motor de nuevas ideas que el pensamiento crítico podrá evaluar.
El Hemisferio Izquierdo, (pensamiento crítico) es el responsable de coordinar el lado derecho del cuerpo. Su conexión con la parte verbal del cerebro lo vincula con el pensamiento lógico, análisis, abstracción, cálculos, medición del tiempo, planificación de procedimientos paso a paso y verbalización de ideas. Este hemisferio opera predominantemente con palabras y números, abarcando así habilidades como la lógica, aritmética (matemáticas en general) y la capacidad de leer y escribir. Las funciones del lenguaje, la audición y la caligrafía se encuentran intrínsecamente asociadas a este hemisferio.
El Hemisferio Derecho (pensamiento creativo) es el encargado de controlar el lado izquierdo del cuerpo, se vincula estrechamente con la creatividad, las emociones y la capacidad de imaginar y recordar mediante imágenes. Especializado en sensaciones, emociones y destrezas visuales y auditivas, como la música y el arte, su dominio se extiende más allá del ámbito verbal. Este hemisferio establece conexiones con la realidad tangible, el movimiento, el espacio, la percepción, la ubicación y los sentidos. Es esencial para entender metáforas, soñar y crear y desempeña un papel crucial en nuestra capacidad de concebir ideas innovadoras y visiones creativas.
En las sesiones de Filosofía para niños debe considerarse el desarrollo de habilidades críticas y reflexivas con la misma importancia que el desarrollo de habilidades imaginativas y creadoras.
Comunidad de diálogo
Una vez que se establecen las bases para el desarrollo del pensamiento, es necesario compartir. Sin la propuesta de comunidad, el desarrollo del pensamiento no logra trascender su propia perspectiva, sus propias limitantes; sin el compartir, el pensamiento (y el ser) pueden volverse pobres, tercos y encerrados en sí mismos.
La comunidad de diálogo es una propuesta a la apertura; permite crear un grupo colaborativo de personas que comparten perspectivas para establecer una visión complementaria del tema o problema que ocupa la clase.
¿Qué podemos hacer para tener una visión más completa acerca de una situación, tema o problema?
El cuento de los ciegos y el elefante lo explica muy bien.
“En la antigua India había seis sabios ciegos que dialogaban sobre cómo sería un elefante. Un buen día decicieron ir a tocar a la bestia. Cada uno de ellos se puso delante del animal por un lugar diferente; el primero comparó el lomo con una pared de barro; el segundo, los colmillos con una lanza, el tercero la trompa con una serpiente y el cuarto, los oídos con abanico; el quinto, la cola con una vieja escoba delgaducha y el sexto, las patas con el tronco de palmeras. Y claro, como dudaron del testimonio de los otros, terminaron todos aferrados a su opinión pensando que los demás estaban equivocados, todos se quedaron con una visión incompleta sobre lo que era un elefante.
De esta manera la comunidad de diálogo se convierte en un espacio seguro en el que niños niñas (y hasta adultos) pueden expresar lo que piensan o sienten respecto al tema abordado, siempre con argumentos que los sostengan y cuidando el respeto a las ideas de los demás.
Es necesario que se pueda crear un ambiente sin prejuicos, ya que no se trata de debatir o defender una posición determinada sino de lograr un diálogo; considerar lo que se está investigando desde los diferentes ángulos que pueden ofrecer los participantes para poder enriquecerse y construir una mirada más completa.
Para lograr esta dinámica es necesario aprender a escuchar. Desarrollar esta habilidad en los niños, niñas (y adultos) lleva un poco de tiempo, sin embargo, con juegos y actividades, la escucha activa se vuelve rápidamente una actividad básica para el buen desarrollo de un diálogo.
No es necesario que los adultos aporten “la respuesta verdadera” ante las preguntas que surgen.
En cambio, te proponemos adoptar la idea que nos muestra que todos somos ciegos tocando en distintas partes al elefante; por lo tanto, la respuesta correcta, única y verdadera No existe.
El objetivo de la comunidad es crear un ambiente de respeto y escucha que permita el intercambio y la apertura para el aprendizaje propio; para que cada individuo construya y desarrolle su propio criterio a través de las miradas de los demás.
Filósofos desde casa
Si te interesa llevar estas herramientas a casa, no necesitas comprar las novelas para empezar a practicar un pensamiento filosófico. Siguiendo las siguientes recomendaciones puedes empezar a despertar en ti y en tus pequeños la curiosidad y motivación para hacer preguntas, cuestionar, escuchar y compartir.
1. Permite las preguntas. Acepta la idea de que no existen preguntas tontas o absurdas.
2. Aprende a escuchar. Con tu cuerpo, con tus sentidos. No solo con tu mente.
3. No formules respuestas. Permítete devolver la pregunta.
Ejemplo.
– Niño: ¿Mamá, porque llueve?
– Mamá: (primero escucha con todo su ser) luego responde: ¿Cuál crees que sea la razón?
4. Permite la respuesta del niño o niña. (sea emocional o lógica)
-Niño: Porque el cielo está triste
5. Aprende a escuchar. Con tu cuerpo, con tus sentidos. No solo con tu mente.
-Mamá: (primero escucha con todo su ser) luego repsonde: Suena interesante, ¿vamos a dibujarlo o prefieres que lo investiguemos juntos primero?
Permite la expresión artística al igual que el pensamiento lógico.
Es necesario que se complementen el uno al otro.
Bibliografía y fuentes de consulta
1. El niño filósofo, Jordi Nomen
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